Para realizar este ritual de protección para la casa se necesitan los siguientes ingredientes: cuatro velas blancas, anis en polvo y agua bendita.
Realización: Se colocan las velas formando un círculo, en el suelo, en el centro de la casa. Se espolvorea el anis en polvo desde la puerta de entrada hasta el fondo de la casa y después se repite la operación con el agua bendita, dejando caer algunas gotas al suelo desde la puerta de entrada hasta el fondo. Después se encienden las velas que se habían preparado en el suelo mientras se dicen las siguientes oraciones:
– Al encender la primera vela: “enciendo esta vela para que su luz proteja a (nombrar a todas las personas que viven en la casa). Que la protección que nos brinda su luz no permita la entrada en esta casa de nada ni nadie que tenga la intención de perturbar la paz y la tranquilidad de los que viven aquí”.
– Al encender la segunda vela: “que las paredes de esta casa sirvan para aumentar la protección de la luz e impidan la entrada de las fuerzas del mal”.
– Mientras se encienden la tercera y la cuarta vela se dice: “esta casa queda protegida para que la armonía, la paz, la tranquilidad y la felicidad reinen en su interior y alcancen a todos los que viven en ella. Así sea”.
Se rezan tres padrenuestros y se deja que se consuman completamente las velas.