¡Oh santísima Virgen de la Caridad, Madre mía, y Señora Soberana, con cuanta alegría acudo a postrarme a tus pies!, ¡Virgen de los milagros!, como te llamaban nuestros mayores; cura a los enfermos, consuela a los afligidos, da ánimos a los desesperados, preserva de toda desgracia a las familias, protege a la juventud, ampara a la niñez. Nadie puede publicar dignamente las maravillas que obras cada día en favor de las almas que te invocan, justificando así la confianza y el amor que te profesan tus hijos. Desde tu Santuario del Cobre, Venerable Virgen de la Caridad, sé siempre el manantial de todas las gracias. Amén.
En 1977, el Papa Pablo VI eleva a la dignidad de Basílica al Santuario Nacional de Nuestra Señora de la Caridad del Cobre.
Oshun se sincretiza con la Virgen de la Caridad del Cobre, que fue coronada por el Papa Juan Pablo II como Reina y Patrona de Cuba el 24 de Enero de 1998, durante la Santa Misa que celebró en su visita apostólica a Santiago de Cuba.