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Imposición de collares

collares santeria La imposición de collares es una ceremonia bastante larga y complicada, que se puede considerar como el primer paso de una persona dentro de la regla de Osha.

El día antes de la imposición de collares, la persona que los va a recibir, debe dormir en la estera al pie de los orishas aunque actualmente no se respeta mucho esta tradición y lo que se hace es preparar el cuarto donde se realizará la ceremonia desde el día anterior, sin permitir que nadie que no esté asentado en Osha entre en el mismo. Los collares se ponen dentro de la sopera donde habita la deidad que los representa y que contiene el omiero con el fin de que “coman” es decir, que reciban la energía o ashé de los orishas.

No es necesario matar los animales en presencia de la persona que va a recibir los collares, lo que sí es importante es que los collares hayan comido y recibido el ashé antes de imponerlos, pues de lo contrario no cumplirán la función para la que fueron realizados.

El día antes de recibir los collares el neófito recibe de su padrino o madrina un poco de omiero compuesto por veintiuna hierbas para que se bañe con él.

El día de la ceremonia el neófito debe traer ropa blanca para vestirla y tirar la ropa vieja que traía puesta, simbolizando el comienzo de una nueva vida espiritual. Antes de la imposición de collares, el padrino o la madrina lleva a cabo la ceremonia de rogación de cabeza del neófito. Esta ceremonia tiene como finalidad el preparar y armonizar los planos físico, mental y espiritual de la persona para que el encuentro con los orishas sea óptimo.

Una vez terminada esta primera parte de la ceremonia se le pregunta a los orishas por medio de los caracoles (nunca con coco), si aceptan a la persona y si están contentos con las ofrendas que se le han hecho, a la vez que se les pide permiso, para ponerle los collares.

Si las respuestas al oráculo son afirmativas, entonces el padrino o la madrina procede a la ceremonia final en donde se llevan a cabo cantos y rezos en dialecto lucumi mientras se le van colocando al aleyo (persona que no ha pasado por ceremonias de santería pero que sí ha hecho ebbo) los collares, uno por uno y en ese momento pasa a ser un aberikolá (persona que comienza a realizar ceremonias en la santería, como por ejemplo, coger los collares).

Al finalizar, el padrino o madrina, junto con un santero de confianza, explican las reglas y prohibiciones que debe respetar el neófito. Le informan qué debe o no hacer con los collares, además del significado del compromiso de respeto que debe tener hacia los santeros y hacia la religión.

Después se deja a la persona, que ya lleva puestos sus collares, a solas un largo rato en la habitación en la que se celebra la ceremonia para que recibe el ashé de los orishas.

Todos los asentados en la regla de Osha tienen la facultad para investir collares.