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Baba Ejiogbe o Eyiogbe. Los olodus o apóstoles de Orunmila (3)

tablero santeria.fr Continuamos con el tercer y último artículo que cuenta los trabajos del apóstol Ejiogbe en la tierra.

La lucha entre Ejiogbe y Olofen

En su posición de rey de los olodus, Ejiogbe se hizo muy famoso y rico. Preocupado por la presencia de un rey poderoso en su dominio Olofen, el gobernante tradicional de Ife, organizó un ejército par luchar contra Ejiogbe. Mientras tanto, Ejiogbe tuvo un sueño en el cual veía un ataque inminente sobre él. Entonces invitó a un awo llamado para que hiciera adivinación para él. Se le dijo que buscara un puerco espín que debía ser utilizado para preparar una comida, aunque se le comunicó que no comiera de él. El resto de los presentes si comieron del puerco espín. Después de esto la conspiración en su contra se deshizo.

No mucho tiempo después, cuando Olofen vio que Ejiogbe aun andaba por los alrededores y que era cada vez más popular, organizó otro grupo de ancianos de la noche para pelear en su contra. Ejiogbe fue nuevamente al mismo awo quien le aconsejo que buscara un erizo para otro sacrificio. El sacerdote de Ifa le agregó las hojas pertinentes y lo utilizó para preparar otra comida, advirtiéndole una vez más a Ejiogbe que no comiera de él. Después de la comida, los designados por Olofen para luchar diabólicamente contra el se sintieron muy abochornados para darle la cara a Ejiogbe. Después de cada una de las comidas preparadas, el awo había recolectado las cabezas, las pieles y los huesos de los dos animales.

Cuando Olofen descubrió que Ejiogbe aun estaba en el pueblo y que era tan popular como siempre, exhortó a la gente a que lo expulsaran abiertamente de allí. Una vez más Ejiogbe invitó al sacerdote quien le aconsejó que obtuviera un macho cabrio y un antílope completo para un sacrificio especial a Eshu. Ejiogbe obtuvo los dos animales los cuales fueron utilizados para hacer el sacrificio a Eshu. El awo utilizó la carne para preparar otra comida de la cual se le dijo a Ejiogbe que no comiera. La gente incluso después de haber disfrutado de la comida, insistió en que tendrían que expulsar a Ejiogbe de Ife. Por mucho que trataron de hacerlo, esto no se materializó.

En este punto, Olofen decidió adoptar una estrategia nueva. Invitó a Ejiogbe para que pasara tres días y asistiera a una reunión en su propio palacio. En el día señalado, Olofen le pidió a sus verdugos reales que prepararan una emboscada para Ejiogbe y lo asesinaran cuando fuera o regresara del palacio.

Antes de salir de su casa hacia el palacio de Olofen, Ejiogbe fue al lugar sagrado de Eshu con nueces de kola, una cucharada de aceite de palma y un caracol para invocar a Eshu con un encantamiento de manera que lo acompañara hacia y desde la reunión pues no sabía que conspiración le aguardaba en esta ocasión. Antes de partir repitió otro encantamiento. Atravesó todas las emboscadas sin que se produjera incidente alguno y llegó sin problema al interior del palacio. Olofen se sorprendió al verlo y como no había nada tangible que discutir, la reunión terminó tal y como había empezado. Olofen estaba seguro de que la emboscada lo sorprendería cuando Ejiogbe se hallara de regreso a su casa.

Estando los asesinos esperando para asestar el golpe fatal, llegó el momento de que Eshu interviniera. Tan pronto como Ejiogbe se acercó al lugar de la emboscada Eshu llamo al antílope con el cual se había hecho el sacrificio anteriormente para que se volviera entero nuevamente y este saltó en medio de los asesinos emboscados. Casi inmediatamente, todos abandonaron su vigilia y persiguieron al antílope hasta que llegaron al palacio de Olofen. Cuando el antílope penetró en el palacio de Olofen se produjo una confusión general y hubo una lucha descomunal en el pueblo de Ife. En medio de la conmoción, Ejiogbe calladamente caminó en paz hacia su casa sin ser molestado por nadie.

Por su parte, Olofen acusó a los asesinos que envió a acechar a Ejiogbe de no cumplir sus ordenes, por lo que fueron todos encerrados. Fue Ejiogbe quien posteriormente regresó al palacio a apaciguar la confusión que había sido creada por el misterioso antílope. El utilizo su bandeja de adivinación y otro encantamiento para devolver la paz y la tranquilidad una vez más a Ife. Después de esto Ejiogbe invitó a todos los sacerdotes de Ifa, jefes y mayores del pueblo para que asistieran a una comida preparada con una vaca, chivos y gallinas en agradecimiento a Orunmila, la divinidad de la sabiduría. Después de la comida el decidió nunca más hermanarse con Olofen. Entonces cantó en alabanza del awo que lo acompañó durante el tiempo en que Olofen lo molestó y de Eshu quien utilizó el antílope con el cual el hizo sacrificio y dispersó a sus enemigos.

Es por esta razón que todos los hijos de Ejiogbe en igboddun tienen prohibido el puerco espín, el erizo y el antílope hasta hoy en día debido a que estos fueron los animales que él utilizó para aplastar los malvados planes de Olofen en su contra. Esto también explica porque los hijos de Ejiogbe no se llevan muy bien con cualquier oba o rey en sus dominios.

 

Ejiogbe lucha con la muerte

Ahora esta claro que Ejiogbe sufrió a manos de todos los enemigos imaginables debido a que se dedicó a defender el bien objetivo. El tuvo problemas con los laicos al igual que con los sacerdotes, con sus familiares, con sus divinidades hermanas y con el rey. Le llegó el turno a la muerte de enfrentarlo en un combate.

Un awo hizo adivinación para Ejiogbe y le dijo que moriría antes de que terminara el año a no ser que hiciera sacrificio con 200 campanas y un macho cabrio a Eshu. La campana siempre sonará porque ella no muere. La misma fue preparada por dos awos para que el la sonara cada mañana. Debido a esto el pudo sobrevivir hasta el final de ese año y más aún. Este es el tipo de sacrificio que se hace cuando Ejiogbe aparece en la adivinación y predice la muerte del solicitante.

Cuando la muerte vio que Ejiogbe había sobrevivido ese año, ideó otro plan para acabar con él en un plazo de siete días. Tan pronto como la muerte reafirmó su malvada estrategia, Ejiogbe tuvo un sueño y en el veía a la muerte revoloteándo a su alrededor. Rápidamente invitó a uno sus sustitutos para que hiciera adivinación para él. El awo le dijo que la muerte lo había marcado para ser sacrificado en un plazo de siete días, se le aconsejó que hiciera sacrificio con un macho cabrio, un gallo y 20 nueces de kola. El macho cabrio y el gallo se lo diera a Eshu y debía romperle a Ifa cada una de las 20 nueces de kola durante un periodo de 20 días. Debía apretar las nueces de kola partidas sobre semillas de Ifa (ikin) y mientras lo hacia debía recitar un encantamiento. Al final el vivió durante los cincuenta años siguientes.

Rasgos notables de Ejiogbe

Un poema especial de Ejiogbe revela que si el aparece en igbodun para una persona de tez blanca o clara, la paternidad de la persona se deberá revisar de manera minuciosa ya que pudiera haber alguna duda al respecto. El insiste en que si

no se examina la verdad en lo relacionado con el origen del neófito, el riesgo de muerte prematura es muy real. El dice que nadie deberá culpar a Orunmila de la muerte a destiempo del iniciado si no se dice la verdad acerca de la duplicidad de su paternidad. El dice que no hay manera de que la persona, especialmente si es de baja talla, pueda prosperar en la vida.

Por otro lado, proclama enfáticamente que si el aparece en igbodun para una persona de tez oscura y alta, este deberá ser un verdadero hijo de Ejiogbe. No solamente prosperará, sino que será famoso y popular. A la persona seguramente se le conferirá un titulo tradicional o estatal más adelante en la vida siempre que el limpie el camino de manera que Ifa lo ayude. La persona no será dada a hacer juegos sucios o a la ambivalencia.

Dice que el iniciado de Ejiogbe de baja talla y tez clara es el que se dedica a la traición y la mala fe.

En general, los hijos de Ejiogbe tienen muchos obstáculos difíciles de cruzar antes de ver la luz. Sin embargo, todos los hijos de Ejiogbe deberán evitar de comer carne de los animales siguientes: antílope, erizo y puerco espín. Los hijos de Ejiogbe también deberán evitar comer plátano y ñame rojo con el fin de evitar el riesgo de dolor de estomago.

Cuando Ejiogbe ayuda a alguien, lo hace de manera sincera. Si por otro lado, se le provoca para que agreda, el destruye de manera irreparable. Los hijos de Ejiogbe son, además muy perseverantes e indulgentes.

Al mismo tiempo, el es bastante capaz de cambiar fortuna ya que Orunmila no cree en imposibles, tal y como puede verse en el siguiente poema compuesto por Ejiogbe: las personas sensatas no escuchan al pájaro cantar cantos de dolor. Las dificultades y los problemas le sacan al hombre lo mejor de si. La paciencia y el sacrificio hacen que lo imposible sea posible. Denme un problema difícil de resolver de manera que los que dudan puedan creer. Denme una guerra para pelear de manera que los mortales puedan comprender la fuerza de las divinidades. Aprender de desgracias pasadas es sabio. No aprender de errores pasados es tonto. La persona que no hace sacrificio bendiga al adivinador tal y como el que ignora el consejo convierte al consejero en evidente.

El hombre que aprende de las desavenencias y el hombre que no aprende de las desavenencias (Ajaaghon y Aagabon) fueron los dos sustitutos de Ejiogbe que hicieron adivinación para la tierra. Ellos aconsejaron a la gente que hicieran sacrificio con siete perros, siete tortugas y siete caracoles, para que pudieran verse libres de las constantes desavenencias. Ellos se reunieron e hicieron sacrificio. Dos de cada uno de los materiales del sacrificio fueron ofrecidos a Oggun, quien con Osonyin (Ozain) siempre estaban fermentando querellas para el pueblo. Dos de cada una de las victimas del sacrificio, excluyendo los caracoles, les fueron dados a Osonyin. Cuatro caracoles se le ofrecieron a la divinidad del suelo. Los tres perros restantes se prepararon y se dejaron sueltos por el pueblo. Es debido a este sacrificio que algunos hijos de Ejiogbe se les aconseja que críen perros.

Los perros pronto comenzaron a reproducirse y multiplicarse. Cada vez que Oggun comenzaba a crear problemas en el pueblo, los perros comenzaban a ladrarle. Molesto Oggun perseguía a uno de los perros para matarlo y comérselo, abandonando así su misión.

Por otro lado, cada vez que Osonyin se acercaba al pueblo para crear el caos, el suelo liberaba una gran cantidad de caracoles con los que llenaba su camino. La vista de los caracoles siempre lo molestaba, por lo que se iba corriendo.

Fue así como la paz y la concordia sustituyeron a la confusión y la discordia que prevalecía en el pueblo. Esto explica porque los perros ladran a los sacerdotes de Oggun hasta este día.

Normalmente, cuando Ejiogbe aparece en igbodu durante una ceremonia de iniciación, antes de que la ceremonia termine se deberá producir una lluvia copiosa. El sacerdote de Ifa que hizo esta revelación confesó que el había tenido una experiencia personal. Recuerda que durante su propia ceremonia de iniciación en 1953, hacia mas de cinco meses que no había llovido en Ondo; incluso el Osowawe de Ondo había invitado a sacerdotes de lluvia para que la indujeran, pero no se producía un aguacero.

Cuando el sacrificio a su Ifa, que resulto ser Ejiogbe, estaba siendo preparado, los awos le dijeron que antes de que el sacrificio fuera completado se iba a producir un aguacero muy copioso. En ese momento el calor del sol era tan intenso que el desechó la predicción de los awos como si esta no tuviera valor alguno.

Antes de que sacrificio llegara a la mitad ya el tiempo había cambiado. Cuando a el se le dijo que llevara el sacrificio al lugar sagrado de Eshu, la lluvia se había vuelto tan pesada que le era imposible llegar al lugar mencionado por las corrientes resultantes. Según el sacerdote ese fue el primer milagro que Orunmila hizo para el. Desde entonces, el ha tenido otras experiencias.

El acertijo de los awos

Después de escuchar tanto acerca de Orunmila en los días de Ejiogbe, el rey de Ife decidió probarlo junto con los otros awos con la esperanza de afectar o reducir su creciente popularidad. El rey tomo un guiro e insertó la esponja y el jabón utilizados por una recién casada. También agregó madera roja y tejido de indiana de color negro (asho etu) y amarró el guiro con una pieza de tela. El rey entonces lo depositó todo en su lugar sagrado de Ifa, después de lo cual invitó a los awos a que vinieran y revelaran el contenido del guiro. Todos los awos trataron pero fracasaron hasta que llego el turno a un awo, uno de los sustitutos de Ejiogbe. Tan pronto como se sentó, llamó con su vara de adivinación (uroke) en la bandeja de adivinación y apareció Ejiogbe. Entonces dijo que los materiales usados para hacer sacrificio eran esponja y jabón utilizados para bañar a una novia, madera roja e indiana de color negro.

El rey obtuvo la respuesta que quería y quedo bastante satisfecho. Entonces recompensó al awo con el titulo de jefatura y cuatro esposas: dos de tez oscura y dos de tez clara.

Apetebi molesta a Ejiogbe

Era conocido que Ejiogbe era particularmente paciente y tolerante. Un día, una de sus esposas lo irritó tanto que Ejiogbe abandonó la casa molesto.

En el camino, se encontró con los siguientes agentes de destrucción, uno tras otro, Eshu, brujería, duende, enfermedad y muerte, los cuales le preguntaron hacia donde se dirigía con semejante cólera y furia. El les respondió que se iba de la casa a causa de su esposa quien no le permitía tener paz de espíritu. Cada uno de ellos prometió regresar a la casa con él para ocuparse de la esposa que lo había ofendido.

Esa noche la esposa tuvo un sueño que le dio tanto miedo que decidió ir por adivinación a la mañana siguiente. Se dijo que la desgracia, la enfermedad y la muerte súbita andaban tras su rastro debido a que Orunmila había informado del asunto a los altos poderes. Se le dijo que barriera y limpiara la casa, que lavara las ropas de Ejiogbe y que preparara una comida en cinco múltiplos de sopa, ñame machacado, carnes, vinos, nueces de kola, agua, etc. por el regreso del esposo y que de rodillas le presentara a él la comida tan pronto como regresara a la casa.

Ejiogbe estuvo alejado durante cinco días. Al quinto día, cuando regresó, las cinco divinidades le acompañaron a la casa. Cuando llegaron a la entrada principal, el les dijo que esperaran y fue por la puerta de atrás. Llorando, la esposa se arrodilló para abrazarlo y solicitarle que la perdonara. Ella le dio la comida múltiple, una por cada día que estuvo alejado.

Debido a su buen corazón, Ejiogbe cogió la comida y se la dio a las cinco divinidades que estaban fuera. Después de comer, ellas se movieron para atacar a la mujer pero Ejiogbe les dijo que ella había expiado sus transgresiones por haber sido la que había preparado la comida que ellas habían disfrutado. Les recordó la regla divina de que uno no mata a quien lo alimenta. Fue así como el salvó a su esposa de la destrucción.

Por lo tanto, cuando Ejiogbe sale en la adivinación para una mujer casada, a ella se le deberá decir que prepare la comida mencionada anteriormente en múltiplo de cinco porque ella ha ofendido tanto a su esposo que las divinidades destructoras están influidas por la cólera.